El Tribunal Supremo ha confirmado una condena contra un empresario que engañó a trabajadores con ofertas de trabajo falsas, un delito considerado como estafa agravada, ya que el trabajo es un bien de primera necesidad. El empresario recibió una condena de 18 meses de prisión por violación de los derechos laborales y cinco años adicionales por estafa.
Este empresario elaboró una sofisticada trama de ofertas de trabajo falsas que afectó a numerosos trabajadores en situación de vulnerabilidad. Simuló la creación de una cooperativa de transporte en medio de la crisis económica de 2010, atrayendo a transportistas que se encontraban en una situación desesperada por encontrar empleo. Las promesas de ingresos estables y cobertura de seguridad social eran solo eso, falsas promesas.
Las ofertas de trabajo falsas escondían condiciones laborales que nunca se cumplieron. Los trabajadores eran privados de sus derechos laborales y de seguridad social. No se abonaban las cuotas de la seguridad social, ni se devolvían las aportaciones iniciales que los trabajadores habían hecho, causándoles severos perjuicios económicos y violando sus derechos.
El empresario creó dos tipos de estafa diferenciado. A algunos se les pedía iniciar un trabajo inmediatamente después de unirse a la cooperativa, mientras que a otros se les solicitaba además una aportación económica. Este último grupo resultó especialmente perjudicado por las ofertas de trabajo falsas.
El Tribunal Supremo consideró que existía un «dolo reduplicado», es decir, un engaño en dos dimensiones: imponiendo condiciones laborales perjudiciales y causando un perjuicio patrimonial evidente. Además, la sentencia aplica la agravante de que la estafa afectó a un «bien de primera necesidad», como es el trabajo, especialmente en épocas de crisis económica. Las ofertas de trabajo falsas causan un gran daño a la víctima y tienen una alta repercusión social, por lo que deben ser tratadas con la gravedad que merecen.
Esta decisión del Tribunal Supremo es una clara advertencia a aquellos que tratan de engañar a los trabajadores con ofertas de trabajo falsas. También es un recordatorio de la importancia de proteger los derechos laborales y la dignidad de las personas, incluso en tiempos de crisis económica.
